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Daroca de Rioja es un pequeño municipio de unos 30 habitantes, a tan solo 12 minutos de Logroño. Situado en la falda norte de la Sierra de Moncalvillo el pueblo está rodeado de naturaleza que sustenta la despensa de Venta Moncalvillo y de viñas. El río Daroca, afluente del Ebro, riega la huerta que proporciona la materia prima para construir los platos de Ignacio Echapresto.

Daroca de Rioja es un enclave privilegiado en cuanto a la riqueza de su vegetación, sus bosques albergan multitud de especies, tanto arbóreas, como pinos, laricios, encinas, como de matorral: enebros, tomillo y espliego, entre otros. Es en otoño cuando el bosque brinda gran variedad de setas que protagonizan la cocina de esta estación. Las montañas también son el hogar de la fauna autóctona, presente en los platos de caza invernales.
Un espacio amplio pero que, a la vez, otorga intimidad a cada mesa. Dos ventanales frontales muestran una vista que se abre al comensal para descubrirle la despensa principal del restaurante, su huerta.

Su atmósfera es cálida y acogedora gracias a sus colores neutros y su luz cuidadosamente enfocada.
Con una capacidad para unos dieciséis comensales, es ideal para eventos. Reuniones, presentaciones de negocios o almuerzos familiares. Este espacio alberga una luminosidad natural, gracias a su amplio ventanal, que muestra la terraza ajardinada de Venta Moncalvillo, así como un pequeño fragmento del verdor de su huerta.
Amplio, decorado en tonos ocres y blanco roto, y abierto a los parajes naturales que rodean a Venta Moncalvillo, así es el Salón Eventos que se inauguró en la primavera de 2013. Con servicio independiente, cuenta con la última tecnología en concepto de imagen, presentaciones, música e iluminación.

Este emplazamiento está destinado a acoger eventos de cualquier índole, desde reuniones empresariales, celebraciones familiares o eventos gastronómicos, entre otros.
Venta Moncalvillo se ubica en un entorno natural privilegiado que proporcionan la base de la carta del restaurante.

La cocina de pueblo se basa en la despensa del entorno. En el conocimiento y uso de la materia prima que la naturaleza nos suministra.

Nuestra huerta, cultivada de forma respetuosa con el medio ambiente por la familia Echapresto, es el pilar fundamental de nuestra carta.

Los principios de la agricultura biodinámica rigen todas nuestras siembras y cosechas.

Productos recolectados con cariño a diario y cuyos sabores, aromas y texturas se disfrutan directamente en la mesa.

Los montes de la Sierra Moncalvillo cobijan hayedos, pinares y carrascales, parajes en los que el clima mediterráneo continental propicia el crecimiento de hongos y setas. Sin duda, uno de los valores de nuestra carta de otoño.